miércoles, 10 de diciembre de 2008

Otra Leyenda: el mejor jugador argentino de todos los tiempos, despues de Maradona (no nos referimos a Chapa, de Barriletes, él debe ser el tercero).



Foto tomada por Pablo R.

Articulo publicado en Ole, por Roman Fiori.
Colaboran: Pablito R. (industrias Kramericas), y Nestor S. (Monks)

Segun Wikipedia: "Tomás Felipe Carlovich (n. Rosario, Provincia de Santa Fe,Argentina, 20 de abril de 1949) es un ex futbolista argentino apodado "El Trinche". Es considerado por Diego Maradona, José Pekerman, César Luis Menotti y Carlos Timoteo Griguol, entre otros, como uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol argentino"

La jugada histórica : En un encuentro disputado en cancha de Central Córdoba, frente a Talleres de Remedios de Escalada, la hinchada deliraba con cada toque de "El Trinche" y un fanático le gritó: "Meté un caño de ida y vuelta, Trinche, dale". De inmediato, Carlovich realizó la maniobra con simpleza y el delirio de la parcialidad local fue tal que pasó a la historia. El Trinche volvería a realizarla unas cuantas veces más.

El partido de 1974 : En su preparación para el Mundial de Alemania, la selección argentina decidió jugar un amistoso con un combinado de jugadores de clubes rosarinos: Cinco por Central, cinco por Newell´s Old Boys y Carlovich. Este equipo era un notable conjunto, integrado por nombres tales como Mario Alberto Kempes y Mario Zanabria.

Los rosarinos le dieron una lección a la Selección Argentina y al finalizar el primer tiempo ganaban 3:0 en cancha de Newell's. Tal fue el dominio local que en el entretiempo, el entrenador nacional Vladislao Cap le pidió a su par rosarino que saque a Carlovich. El "Trinche" había jugado el partido de su vida y el resultado final fue 3:1.


TE TENGO DE ALGUN LADO: TOMAS CARLOVICH
"Sé que el Diego sabe quién soy..."

Tomás Carlovich, la leyenda rosarina que tiraba caños de ida y vuelta, sueña con conocer a Maradona.

ROSARIO (CORRESPONSAL). "Dicen que acá jugó uno que era mejor que yo", tiró el Diego cuando llegó a Newell''s, allá por el 93. Ahí, en el Parque de la Independencia, se había vivido el momento más iluminado de la historia de la máxima leyenda viva del fútbol rosarino. El 17 de abril del 74, junto con un combinado rosarino —él era el único que no pertenecía a la Lepra o a los Canallas—, bailó a la Selección de Enrique Sívori. "Fue raro. Ganamos 3-1 y nos salieron todas. Algunos hasta nos pedían que paremos un poco. Pero de 100 partidos de ésos, ganás uno. Por suerte lo jugué", cuenta con humildad. Pero allí quedó patentada "su" jugada: "Tiré un caño y cuando el defensor se dio vuelta le tiré otro. Lo hacia seguido, aunque ese día la cancha se venía abajo. Fue la única vez que se abrazaban los de Newell''s y los de Central". Cuando tenía cuatro años, un vecino lo apodó y nunca supo por qué. "Pero desde ahí siempre fui el Trinche", asegura Tomás Felipe Carlovich. El que a medida que uno se acerca al Gabino Sosa es cada vez más grande que el mismísimo Diez.

A los 56 años, casi 20 después de despedirse del fútbol profesional, el Trinche disfruta aún de su status de crack de la pelota, aunque no de las comodidades económicas que suelen tener hoy los de su especie. Nombrado Deportista Ilustre por la Municipalidad de Rosario en 2002, cobra una pensión de $ 150, el único ingreso que aporta en la casa (la esposa también trabaja). A días de que le implantaran una prótesis en la cadera (tiene osteoporosis), el mítico volante cuenta su decaimiento. "Por vergüenza, ya ni iba a ver a Central Córdoba: no podía moverme y no tenía para operarme. Por suerte hubo gente que me dio una mano". Desde periodistas que lo idolatran hasta hinchas y la Iglesia Maradoniana se movieron para que Tomás pudiera operarse; Miguel Lifschitz, intendente rosarino, hizo el resto.

"Disculpe, ¿la habitación de Carlovich?". Ariel se anticipa a Olé en la administración del Hospital Clemente Alvarez. El fanático charrúa, de sólo 15 años, lleva forrada su carpeta con la foto de su ídolo, al que nunca vio jugar. El Trinche atiende de buen humor. Autógrafo al pibe y confesión al grabador. "Si me dieran 90 minutos en una cancha llena, juego y te juro que muero contento".

—¿Cuál fue tu mejor partido?

—El que le ganamos a la Selección y otro que le ganamos al Milan de Italia con Independiente Rivadavia. Los tanos me quisieron llevar, pero quedó en la nada.

—Varias veces estuviste cerca de irte afuera y no se dio...

—Sí, una vez me vinieron a buscar del Cosmos de Pelé. Estaba todo listo y se cayó. Después pasó lo mismo cuando estaba por ir a Francia. Igual, siempre disfruté de estar cerca de mi casa y jugando.

—¿No tuviste suerte en la A?

—Por ahí no, pero siempre pude jugar, que era lo que yo quería. En Central no se dio, y me fui a Central Córdoba, lo más grande que me dio la vida. Después, en Colón me lesioné los partidos que fui titular y pedí irme.

—¿Y luego qué pasó?

—Ahí me fui a Mendoza, y jugué lo mejor de mi carrera. Todavía me llaman, y también de Santa Fe, para saludarme y apoyarme.

Cuando hay que buscarle motivos a la caída profesional del Trinche, surgen voces que cuentan que "cuando lo llamó Menotti a una preselección se escapó a pescar", o que "antes de un clásico con Newell''s le dijo a Chupete Quiroga (compañero en Central) que iba a comprar un Patoruzito y no volvió más". Tomás niega con picardía. "Se dicen muchas cosas y varias no son verdad. La pesca me empezó a gustar cuando en Mendoza me ofrecieron una casa al lado del río. Pero cómo me voy a escapar de la Selección si a mí lo que más me gusta es jugar". Tanto le gustaba que hasta se burlaba de quienes no arriesgaban para ganar. "Es cierto que me sentaba en la pelota durante el partido. Pero no era una provocación. Por ahí ellos no presionaban y yo estaba un poco cansado, ja".

Y aunque nunca necesitó estímulos extras, más de una vez se los dieron. "En Central Córdoba me daban premio por los caños". En aquellos tiempos ya era leyenda y hasta los rivales contribuían. En un partido ante Los Andes, jugando para los Charrúas, el Trinche se olvidó los documentos y quedaba fuera del partido. Los dirigentes milrayitas hablaron con el árbitro para "dar fe" de que ése era Carlovich. "Decían que no íbamos seguido a Buenos Aires y querían verme jugar", cuenta con timidez.

Hoy, el volante central de la Selección Argentina de todos los tiempos armada por Pekerman —delante de Passarella y detrás de Maradona y Caniggia—, se ríe de tal distinción. "Lindo equipo, ¿no?". Se reconoce fanático del Diego y todavía tiene un sueño: "Me encantaría poder conocerlo. Sé que le hablaron de mí y que sabe quién soy. Si llega a llamarme, me salto la recuperación y voy corriendo donde sea". Por lo pronto, el 12 de diciembre tendrá su partido homenaje. Dónde sino en el Gabino Sosa. Allí estarán jugadores de los equipos rosarinos y varios amigos del Trinche. Después, planea terminar el curso de técnico (le falta un año) y seguir viviendo cerca del fútbol...

2 comentarios:

A las 13 de marzo de 2009, 15:17 , Blogger dansab ha dicho...

Quiero saber si existe documento en archivo de los canales de TV de Rosario o de Bs As, video o filmación, de un partido histórico de 1974, que se jugó en cancha de Newel´s entre la selección de fútbol de rosario(combinado Rosarino jugaron Carlovich, Obnerti, Zanabria, Kempes, etc) vs la selección nacional, donde el combinado rosarino le dió un virtual paseo, Enviénme si hay alguien que lo tenga gracias

 
A las 13 de marzo de 2009, 15:18 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Quiero saber si existe documento en archivo de los canales de TV de Rosario o de Bs As, video o filmación, de un partido histórico de 1974, que se jugó en cancha de Newel´s entre la selección de fútbol de rosario(combinado Rosarino jugaron Carlovich, Obnerti, Zanabria, Kempes, etc) vs la selección nacional, donde el combinado rosarino le dió un virtual paseo, Enviénme si hay alguien que lo tenga gracias

 

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