En poco tiempo se cumpliran 20 años de la siguiente historia, y todavia la herida en los brasileros no cicatrizo.
Hay que remontarse hasta aquel partido de fútbol, inolvidable ahora por otros motivos, en que la Argentina le ganó a Brasil por 1 a 0 y lo eliminó del Mundial de Italia, en 1990.
Ya no es sólo aquella gran jugada de Maradona ni el gol triunfal de Caniggia, sino que lo que ahora cobra fuerza es la acusación del brasileño Branco, que había denunciado, inmediatamente después del partido, que los argentinos le habían dado agua con un medicamento que lo mareó y le impidió un desempeño normal.
Las quejas de Branco nunca llegaron a una acusación formal. El dato quedó como una anécdota, casi como otro mito del fútbol. Pero hoce poco todo cambió. Diego Maradona, primero, y José Basualdo, después, rompieron el silencio. No sólo le dieron la razón a Branco, sino que, además, ofrecieron detalles que sólo ellos podían conocer.
El 24 de junio de 1990, en Turín, todo comenzó en una jugada en la que Pedro Troglio cayó lesionado. Varios integrantes del cuerpo técnico argentino ingresaron en la cancha para asistirlo. Entre ellos estaba Miguel Di Lorenzo, más conocido como "Galíndez", masajista del equipo. El llevaba una canastita con varias caramañolas con agua, entre las que se encontraría la "especial" para Branco.
"La historia es cierta", admitió Basualdo, que fue integrante de aquel equipo argentino. Y agregó: "Después de una lesión, nos acercamos y Galíndez nos dio unos bidones. Yo tomé de otro, pero Branco se llevó el que tenía la sustancia somnolienta. Justo él que ejecutaba los tiros libres".
Con soltura, como si el tiempo lavara ciertos pecados, Diego Maradona, en el programa "Mar de fondo", en TyC Sports, ya había revelado la historia: "Nunca sufrí tanto en una cancha como en ese partido. No podíamos cruzar la mitad de la cancha. Ellos llegaban siempre antes que nosotros... Y escuchábamos, pim, pum, ruido de palo, de travesaño, Goyco (por Sergio Goycochea) iba de acá para allá... El único que no llegaba era Branco. En la barrera me miraba y me decía: «Diego, vos tenés la culpa». Cuando algunos fueron a tomar agua, casi la toma Olarticoechea. Yo le dije: «¡No, Vasco, no!». En cambio a Valdo le decía: «Andá, Valdito, tomá que hace un calor bárbaro». Se dieron cuenta, pero Branco se la tomó toda, pateaba los tiros libres y se caía, veía nublado. Alguien picó un Royphnol (un tranquilizante) en el bidón y se pudrió todo".
"Tomé agua de una botella y me sentí atontado, pude tener un ataque o caer en el control antidoping", se quejó Branco. Después de aquel partido, muchos intentaron encontrar cabos sueltos que confirmaran la acusación del brasileño. Se intentaron investigaciones serias, como la del programa "Fútbol prohibido", conducido por Diego Bonadeo, que en 1996 contactó a una especialista en leer los labios, que viendo las imágenes confirmó que Galíndez le decía a Olarticoechea que ese bidón no era para él. Pero las pruebas fueron siempre insuficientes.
Ahora, curiosamente, el tema se reinstaló por una declaración de Carlos Bilardo, que aún hoy niega la versión: "Alguna trampita hice", dijo en la revista Veintitrés. El ex entrenador argentino aclaró que no se refería puntualmente a la acusación de Branco, pero la bola de nieve ya arrasaba todo desde la montaña...
También los medios brasileños lo actualizaron y tomaron con mucha seriedad. Hasta Sebastião Lazaroni, técnico de Brasil en 1990, pidió que se sancione a la Argentina. "Bilardo me llamó por teléfono y me dijo que hubo una mala interpretación -aseguró Lazaroni-. Pero varios jugadores me lo habían dicho. Oscar Ruggeri se lo contó a varios jugadores brasileños en 1994 y Maradona habló recientemente. La FIFA tiene que tomar una medida ejemplar. No importa si pasaron 19 días, 19 meses o 19 años. Deben llamar a declarar a Grondona."
"Gravedad extrema"
Asimismo, el secretario general de la Confederación del fútbol brasileño, Marco Antonio Teixeira, pidió una sanción si se encuentra a los culpables: "Es un caso de extrema gravedad, sobre todo porque un jugador podría haber sido afectado en la salud. Solicitaremos a la FIFA que tome medidas enérgicas", señaló al diario Estado de São Pablo.
Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, primero bromeó con el tema: "Va a haber que buscar al bidón para que hable". Y luego señaló: "Honestamente, espero que llegue la protesta para contestarles como corresponde". El titular de la AFA también fue irónico cuando le comentaron que Maradona había relatado lo ocurrido: "Hay que ver cómo estaba cuando hizo ese comentario. Para mí no estaba en su sano juicio".
Otro que desmiente todo es Galíndez, quien señaló: "Me llaman desde Brasil, de los EE.UU., de Inglaterra. Yo no sé por qué ensucian mi nombre. Si Branco salió mareado, yo qué culpa tengo. Sólo le di agua. Si le daba algo no terminaba el partido".
"En aquel momento nadie me creyó. Pensaron que era una excusa por la eliminación. Gracias a Dios, la Justicia tarda, pero aparece. Esperemos a ver que hace la FIFA", se entusiasmó Branco. Sin embargo, en Brasil hay quienes piensan que este asunto no llegará lejos. El médico Eduardo de Rose, representante brasileño en la Agencia Mundial contra el Dopaje, especificó: "La cuestión es más jurídica que médica. Técnicamente, la única forma de probar lo que pasó es analizar una muestra de orina de Branco, y en ese partido no se hizo".